La Asociación Presbiteriana por la Paz (Presbyterian Peace Fellowship, PPF) publicó hoy, con motivo del Viernes Santo, dos nuevos documentos fundamentales para uso litúrgico y reflexión: “El Credo de los Pacificadores” y “Lo Que Creemos”. Como señala la presentación de los escritos: “en el día en que Jesús fue ejecutado afirmamos nuevamente nuestra postura en contra de la guerra”. La versión en inglés de los documentos se halla en el sitio web de PPF y al pie se encuentra la traducción al español hecha por esta servidora. Favor de dar crédito a PPF al usar estos recursos.
Traducido por Magdalena I. García
Seguimos a Jesús de Nazaret, el Príncipe de Paz.
Somos gente de paz, ayer, hoy y mañana.
Decimos “no” a la guerra, porque la guerra no tiene poder para salvarnos.
Procuramos encarnar el mandamiento de amar a Dios y al prójimo.
No seremos enemigos de nadie,
ni de quienes creen que son nuestros enemigos,
ni de quienes se nos han enseñado a odiar,
ni siquiera de quienes con sus acciones nos atemorizan.
Confesamos nuestra complicidad en un mundo de violencia
al creer la mentira de que la violencia puede restablecer el balance, ofrecer seguridad o establecer la paz,
al aceptar la propaganda de que los enfoques no violentos son inefectivos,
al derrochar vastos recursos para sostener el poderío militar.
Apoyamos a quienes no tienen poder,
a quienes están desplazados o devastados por guerras y conflictos,
a quienes están marginalizados por sistemas que les oprimen,
a quienes están excluidos tan sólo por ser quienes son.
Confrontamos la injusticia,
procurando entender cómo nuestras propias acciones provocan conflicto,
examinando circunstancias a través del lente de las Escrituras,
usando estrategias no violentas de acción directa.
Adoptamos una vida de pacificación, incluso a sabiendas de que
la pacificación requiere humildad de espíritu,
la pacificación requiere sacrificar el privilegio y el poder,
la pacificación requiere actos de gran valor,
arriesgando el sufrimiento e incluso la muerte.
Nos comprometemos a dar un testimonio audaz a nuestra iglesia y al mundo
reflexionando, orando y actuando por la paz,
honrando a quienes han dedicado sus vidas a la causa de la paz y la justicia,
proclamando que somos –todos nosotros y nosotras– criaturas amadas de Dios.
Porque pertenecemos a Dios
y dedicamos nuestras vidas a la esperanza y las posibilidades de un mundo transformado.
Desarrollado por el Comité Nacional de la Asociación Presbiteriana por la Paz – Semana Santa 2015